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dimecres, 5 de març del 2014

Article 100) HACE TIEMPO QUE APOSTÉ POR CARMEN PLAZA



Hace tiempo que aposté por Carmen Plaza como poeta. Me habían, primero interesado, más tarde cautivado, sus sucesivos poemarios, pero fue con El rastro de la herida, que Carmen Plaza se encaramó tantos peldaños, que ya no tuve ni escala de cuerda, ni ascensor, para alcanzarla (¡y pensar que habíamos comenzado a publicar casi al mismo tiempo y en la misma editorial!). Pero, si lo mío fue pasajero, lo de Carmen iba en serio, (como diría el poeta que todos tenemos en mente).

Que Carmen iba en serio con su poesía, eso lo supe al leerme -me lo leí-  así como suena, (interprétese como se quiera, de todas formas será correcto), aquel poemario. 

Podeis interpretar que "me lo leí", interiorizándolo, sintiendo correr sus palabras, como una columna de hormigas que avanzara subcutáneamente; así fue.  O podeis interpretar que -me lo leí- en voz alta, a mi misma, desdoblándome y convirtiéndome, al mismo tiempo,  en lectora y en público entregado-.  Y, si lo entendeis así, también lo habreis acertado.

Fue entonces, cuando, decididamente, aposte, el resto de musas poéticas, que pudiesen quedarme, por Carmen Plaza.

Desde entonces, en mis espectativas literarias anuales, pongo siempre la esperanza en poder leer un nuevo poemario de la poeta burgalesa, y estoy de enhorabuena este 2014; estamos en marzo y Carmen Plaza acaba de presentar su última obra: LO QUE EL AIRE OCULTA.

El insigne poeta Enrique Badosa nos lo descubre como un libro arquitectónico de 5 plantas, y señala la importancia del tiempo en el imaginario de Carmen. No voy a repetir las palabras del poeta Enrique Badosa al presentar el libro, confío que estén recogidas en alguna grabación, para que nos quede constancia de su interesante enfoque.

Yo hablaré del libro desde mis ojos, desde mi lectura, desde mi circunstancia, porque yo soy yo (ahora me toca citar a Gasset).  ¡Y basta de hacerme la leída!, definitivamente vamos a hablar, de Carmen Plaza:

Mi primera impresión, al pasar, impaciente, las páginas del libro, ha sido: ¡Carmen nos ha escrito un diccionario!: Alba, libertad, espacio, propósitos, suspiro, futuro, fuga, murmullo, eco, incendio, arruga, miedo, luz, desafío... Títulos cortos, la mayoría de una sóla palabra, a manera de diccionario.

Ya sabemos algo, y este conocimiento, aviva las ganas de echarle el ojo, ¡o el diente! para saborearlo, para encontrar la carne -sin duda sabrosísima- de su pensamiento poético.

Una vez leído el "diccionario" de Carmen Plaza, nos sentimos más cultos, con una cultura imposible de encontrar en libro alguno que no sea de poesía, però, ¡cuidado! no en cualquier libro de poesía. Esa cultura sólo se encuentra en los poetas mayúsculos, entre ellos está ya, Carmen Plaza.

Volvamos de nuevo al acto de presentación, para referir que, al lado del magnífico poeta Enrique Badosa, se encontraba Teresa Martín Taffarel, otra poeta espléndida, quien también diseccionó el poemario con su hábil bisturí de experta crítica literaria, leyéndonos asimismo algunos versos, con su forma, inigualablemente seductora, de leer, o interpretar, los poemas.

Arropada, con el saber y el cariño de ambos, uno a cada lado, Carmen, generosa, nos explicó también, sus propias claves.

Para finalizar, confesaré, que, si  hace tiempo ya aposté por Carmen Plaza, hoy, tras leer Lo que el aire oculta, voy a doblar la apuesta.

El poeta Enrique Badosa, charlando con
 Margarita Trias, de la Fundació J.V.Foix
Algunas fotografías del acto:
 la poeta Teresa Martín Taffarel

La autora con el poeta Enrique Badosa
Montse; el alma de la libreria + BERNAT
de Barcelona


Los amigos no fallaron